La Iglesia Avance Misionero y Evangelístico Siloh, se constituye como entidad de carácter eminentemente religiosa, de confesión cristiana evangélica, fundamentada en las sagradas escrituras (Santa Biblia) e igualmente tiene como base los principios doctrinales consagrados en estos estatutos, como mandamiento de su fe y doctrina buscando de esta manera promulgar y expandir el Evangelio del Señor Jesucristo a toda persona y en todo lugar.

 

Fines religiosos específicos:

•  Proclamar el evangelio de Jesucristo, exaltando su nombre como el Rey de Reyes y Señor de Señores

•  Establecer iglesias, institutos y ministerios que enseñen y practiquen las doctrinas Bíblicas contempladas en el canon doctrinal de la IGLESIA.

•  Participar en el mejoramiento espiritual, moral, social e intelectual del pueblo colombiano.

•  Promover y fortalecer la unidad de los creyentes.

•  Promover y respaldar programas de acción social.

•  Difundir el evangelio del Señor Jesucristo a través de los medios masivos de Comunicación Social (radio, Prensa, Televisión).

•  Brindar asesoría y consejería a la iglesia y a sus miembros

•  Elaborar material impreso o de otra índole susceptible de ser difundido directamente a través de los medios de comunicación, en el cual se presente y transmita el mensaje del Evangelio.

 

Fundamentos Doctrinales:

 

Las doctrinas de la Iglesia Avance Misionero y Evangelístico se basan en los siguientes principios Bíblicos fundamentales:

 

•  Las Sagradas Escrituras como la Palabra infalible de Dios, inspirada a sus escritores y reconocida como nuestro patrón de conducta y regla de fe a fin de mantener la unidad general de la doctrina en nuestros medios. 2a Timoteo 3:15, 16; 1a Pedro 2:2.

•  Un Dios Trino manifestado en el Padre como el creador, El Hijo Jesucristo como nuestro redentor y el Espíritu de Dios como nuestro consolador y revelador. Deuteronomio 6:4; Isaías 43:10; Mateo 28:19; Marcos 12:29; Lucas 3:22.

•  La deidad del Señor Jesucristo y su encarnación sobrenatural. Mateo 1:23; Juan 1:14; Hechos 2:22; 1a Corintios 15:3; Hebreos 1:3; 7:26.

•  La creación original del hombre, su caída y redención Génesis 1:1, 26; 2:17; 3:1-7; Romanos 5: 12-21.

•  La salvación por medio de la fe y el arrepentimiento por la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo Lucas 24:47; Juan 3:3, 16; Romanos 10:13-15; Efesios 2:8; Tito 2:11.

•  La santificación a través del espíritu Santo por la obra redentora de Cristo de la Biblia y la dependencia al Señor Juan 17: 17; Romanos 12: 1,2; 1a Tesalonicenses 5:23; Hebreos 12: 14; 13: 12; 1a Pedro 1: 15, 16.

•  El bautismo en el Espíritu Santo, como la promesa del Padre, con la manifestación física de hablar en lenguas: Lucas 24:49; Juan 1:33; Hechos 2:4; 10: 46; 1a Corintios 12:4, 10, 28.

•  La sanidad Divina por el sacrificio de Jesús, el poder de la palabra de Dios y la inspiración del Espíritu Santo. Isaías 53:4,5; Mateo 8:16, 17; 1a Pedro 2: 24.

•  La Iglesia como el cuerpo de Cristo, la morada de Dios y el Espíritu Santo, y con el nombre de cada uno de ellos escrito en los cielos. Mateo 18:19-20; Marcos 3:13, 14; 16:15-20; Romanos 1:1; Efesios 1:22, 23; 4:11, 12; Hebreos 5:4; 12:23.

•  El bautismo en agua por inmersión y la Cena del Señor como las ordenanzas de Cristo. Mateo 28: 19; Lucas 22: 16-16; Romanos 6:4; 1 Corintios 11: 23 – 26; 2a de Pedro 1: 4.

•  La evangelización del mundo y la edificación de la iglesia Mateo 28:18-20.

•  El lago de fuego como castigo eterno para los impíos, Satanás y los ángeles caídos. Apocalipsis 19:20; 20:10-15.

•  Los cielos nuevos y la nueva tierra. Juan 14:2; I Corintios 2:9,10; Apocalipsis 21:22. I Pedro 3:13; Apocalipsis 21:2.

•  Los ángeles como mensajeros y ministradores de Dios. Éxodo 23:20; Jueces 2:1; Lucas 2:11; Hechos 7:38; Hebreos 1:14.

•  El arrebatamiento de la Iglesia antes de la tribulación y la resurrección de los redimidos Romanos 8:23; I Tesalonicenses 1:10; 4:16, 17; Tito 2:13.

•  La segunda venida visible de Jesucristo, para establecer su reino milenial en la tierra. Zacarías 14:5; Mateo 24:27,30; Romanos 11:26, 27; 2 Tesalonicenses 1:7; Apocalipsis 20.